Esta es una época de cambio, de transformación, de evolución. El 31 de diciembre es uno de los días que más energía tiene porque todos estamos enfocados en sentimientos de alegría, gratitud, felicidad y buenos deseos e intenciones. Para aprovechar toda esta maravillosa energía, quiero compartirte uno de mis rituales personales para terminar el 2016.
Para esto, prepara con anticipación siete tarjetas de diferentes colores. Cada color corresponde a un contexto de tu vida, de esta manera:
Una vez tengas estas tarjetas listas, busca un momento antes de medianoche en el que estés solo para entrar en un estado de reflexión y recogimiento. Durante este momento escribe lo que quieres lograr en el 2017 en cada uno de los contextos de tu vida. Recuerda que estos son objetivos tuyos y de nadie más y también ten en cuenta estas pautas lingüísticas al escribirlos: en primera persona, en tiempo presente, tener una intención positiva e incluir un verbo de acción.
Cuando vayas a la celebración de esa noche procura poner estas tarjetas cerca de tu corazón, o lo más cerca de tu cuerpo; tu cartera está bien. Después de medianoche y sin haber ingerido licor, busca otro momento para visualizar cada deseo, hacer una oración y entregarlos a Dios o a quien tú prefieras, según tus creencias.
Al final, cierra este momento diciendo: “Que esto se de de la mejor y más elevada manera, en armonía con todo el universo, de acuerdo a la voluntad divina y de manera perfecta. ¡¡¡Gracias!!!”. Repite siete veces “amén” o las palabras “así es”, según tus creencias y ponte en disposición de recibir.
Una vez regreses a tu casa, mantén estas tarjetas bajo tu almohada. Sácalas el primero de enero cuando te despiertes y guárdalas en algún lugar especial, conservándolas para que durante el año verifiques lo que se va cumpliendo.
Para que este ritual funcione hay dos cosas que vas a tener en cuenta. Primero, confía desde la certeza y el amor en que si lo que deseas corresponde a tu camino de aprendizaje y de vida, se te dará. Y lo segundo y más importante es tener la firme convicción de actuar para generar el cambio, sin acción no hay resultados. Y finalmente soltar, confiando -desde la certeza amorosa- en que todo se dará de acuerdo al orden divino.
Con esto, empieza a programar conscientemente y amorosamente tu 2017. Recuerda que la transformación de tu vida empieza pensando y sintiendo de un modo diferente. ¡Un feliz 2017 lleno de más cambios, más luz, más amor, más energía, más felicidad, más gratitud y de muchísima más consciencia en tu vida! ¡¡¡Los quiero mucho!!!
Rocío Suárez
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