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La resiliencia es la capacidad que tenemos todos los seres humanos para afrontar los problemas. Pero, ¿realmente de qué estamos hablando? De la fuerza interna que tenemos para vivir desde el amor cualquier circunstancia o problemas que se vaya presentando. Todos los días estamos enfrentando problemas de diferente naturaleza: hay unos problemas que son normales, otros anormales y otros patológicos. Por ejemplo, si un bebé de tres meses se orina en la cama es normal. Si un niño de cinco años se orina en la cama puede llegar a ser anormal. Pero si un adulto se orina en la cama, estamos hablando de un problema patológico.
Problemas encontramos todos los días y gracias a éstos crecemos y nos vamos llenando cada vez de más fuerza interna. Cuando una persona tiene resiliencia es porque se le presentan problemas normales, anormales o patológicos y tiene tanta fuerza interior para vivirlos y afrontarlos de la mejor manera, para ver las alternativas de acción y solucionarlos efectivamente desde el amor. La resiliencia determina, finalmente, el material con la que la persona está hecha.
Hay una historia que ilustra esto. Una persona cocina con fuego muy intenso unas zanahorias, es decir, las está exponiendo a una situación dramática en la que se desbaratan ante el contacto con agua hirviendo. ¿Qué quiere decir esto? Que ante situaciones difíciles algunas personas al igual que las zanahorias, se desbaratan. Otra persona pone a cocinar huevos en agua hirviendo. ¿Qué le pasa a los huevos? Se vuelven duros y esto también le pasa a algunas personas cuando enfrentan situaciones difíciles: se vuelven duras y no quieren experimentar nada nuevo, ni sonreir, ni volver a amar. Por ejemplo: cuando las personas viven una experiencia amorosa negativa dicen: “nunca me vuelvo a enamorar”, les pasa igual que a los huevos, se endurece su corazón.
Y una última persona pone a cocinar granos de café en una olleta con agua hirviendo, luego cuela ese líquido y se vuelve una bebida muy agradable. Entonces, ante un evento dramático, que, en este caso, es el agua hirviendo, viene un proceso de evolución desde el amor para convertirse en algo mucho más bonito. Muchas personas ante un evento negativo son como las zanahorias, se desbaratan o como los huevos, se vuelven duras. Pero, si tienes fuerza interna, resiliencia, lo que va a pasar es que vas a vivir un proceso de evolución desde el amor para convertirte en un mejor ser humano, como los granos de café. Recuerda que es a través de los problemas, las circunstancias y las experiencias que aprendemos, crecemos y evolucionamos.
Si tienes resiliencia o esa fuerza interna, vas a vivir los diferentes problemas o quizás alguna circunstancia dramática desde el aprendizaje y, lo más importante, vas a vivir ese evento desde el amor. Lo que debes hacer es decirte: “soy como los granos de café”, “eso fue el pasado, mi presente es otro. Y preguntarte ¿Qué me dejó esta situación? ¿Qué estoy aprendiendo desde el amor?”. Esto hace parte del proceso de evolución: contarte otra historia que te ayude a ver lo bueno en absolutamente todas las situaciones. Recuerda que todo, absolutamente todo en tu vida, pasa para tu bien.
Entonces, ¿qué puedes hacer para entrenarte en resiliencia y ser consciente de los aprendizajes que te deja cada situación?. Reflexiona ¿de qué material quieres estar hecho? Así que piensa en una circunstancia aparentemente negativa que viviste y pregúntate: ¿qué aprendí? Y te contestas desde el amor. De esta manera vas a sacar la fuerza interna que tienes para crear otro resultado y para que cada vez estés más tranquilo. ¿Te animas a contarme algún aprendizaje? Déjalo en los comentarios de este blog. Recuerda que el cambio es automático, pero la Evolución no. Para evolucionar es importante consciencia, voluntad y muchísimo amor.
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Rocío Suárez
Top 5 Master Trainer de PNL
“Mi misión es enseñar a las personas a tener más conciencia. Para que así, cada individuo tenga dentro de su corazón la magia de transformar su propia vida, eligiendo pensamientos y emociones que conecten desde el amor con acciones inspiradoras, empoderadoras y congruentes con tu propósito de vida”