Nuestro blog en video:
Antes los neurocientíficos decían que los seres humanos solo aprendemos hablar por imitación, es decir, repitiendo lo que escuchamos en nuestro entorno. Pero en la actualidad están diciendo algo adicional, que también aprendemos a hablar haciendo inferencias. ¿Y qué es una inferencia? Es una conclusión que sacamos de una experiencia.
Esto lo explicó el lingüista Steven Pinker en su libro, “El Mundo de las Palabras”, donde nos da un ejemplo maravilloso. ¿Cuál es la terminación de los verbos en participio?. La terminación de los verbos en participio es ado, ido. Entonces vamos a conjugar unos verbos en participio: para parar su participio es parado, para comer su participio es comido y para bailar su participio es bailado. Y aquí viene lo interesante, ¿un pequeño que apenas está aprendiendo a hablar como dice el participio de poner? Ponido. Por que el pequeño dice lo siguiente en su mente a nivel inconsciente: “si para parar/parado, para comer/comido, para bailar/bailado pues para poner/ponido, haciendo una inferencia de su experiencia, sacando una conclusión de acuerdo a algo que ya conoce. Y todos sabemos que ponido no se dice, ¿cierto? ¿Cómo se dice? Se dice puesto y la razón es porque este es un verbo irregular.
Aquí lo importante es que Pinker se dio cuenta que los seres humanos hacemos generalizaciones de todo lo que vamos viendo y escuchando, es decir, sacamos conclusiones de todas las experiencias que vamos viviendo formando creencias a lo largo de nuestra vida. Y esto lo hacemos desde que nacemos. Por ejemplo, si tu estás aterrizando en tu vuelo y la azafata dice: “bienvenido a Bogotá y este es otro vuelo operado a tiempo por su aerolínea favorita”. De pronto tu ni siquiera escuchaste esto conscientemente, pero si lo escuchaste inconscientemente e inmediatamente tu cerebro empieza a hacer inferencias y a sacar conclusiones, y entonces tú dices: “mi aerolínea favorita es muy cumplida”, formando así una programación mental. Y la próxima vez que tu busques una aerolínea cumplida vas a pensar y vas a comprar en tu aerolínea preferida. Y así se hacen las programaciones mentales y se forman las creencias.
Por ejemplo: si el bebé observa que su papá llega del trabajo de mal genio todos los días, el bebé concluye que en el trabajo la pasas mal y haces cosas que te llevan a estar de malas. Ya sabemos que con el pensamiento y el lenguaje creamos la realidad y en ninguna parte nos han enseñado cómo utilizar correctamente la lingüística: no lo hacen en el colegio, ni en la universidad, ni en la casa. Hablamos de forma inconsciente, o sea que no nos damos cuenta de lo que estamos diciendo y esto tiene repercusiones muy importantes a la hora de construir nuestro destino.
Con el pensamiento y el lenguaje no solo creamos nuestra realidad sino que nos vamos programando a nosotros mismos y a las demás personas. ¡De manera que el impacto que tiene el lenguaje en tu vida es grandísimo! Por ejemplo, quienes trabajamos en áreas de crecimiento personal, no nos hablamos bonito solo porque queramos, sino que existe toda una explicación científica en la producción de neurotransmisores y holografías que acompañan al lenguaje y este hace que yo tome decisiones y tus decisiones determinan tu destino.
Quiero que pongas muchísima atención a cómo te estás hablando, sobre todo en estos momentos, a qué palabras estás usando, a qué términos usas para referirte a tus hijos, a tus seres queridos, a tus seres no queridos, a tus amigos, a tus compañeros de trabajo... ¡a todos y a todo! Porque muchas veces decimos cosas automáticamente como: “¡que bobo soy!”, “¡qué bobo es!”, “nada hago bien”, “nada haces bien”, “¡esto es un desastre!”, etc., sin pensar en cómo esto impacta nuestra realidad. Estas palabras crean tu realidad, generan una baja autoestima o rabia en el corazón de las personas y esa rabia se convierte en tu estado de ánimo y ese estado de ánimo en una actitud de rabia ante la vida y esa actitud determina tu personalidad. Y así tenemos personas con baja autoestima o que son amargadas, de mal genio o inflexibles.
El otro día yo escuchaba a una mamá que le decía a su niño “¡tú eres un grosero, patán y mal educado!”, luego de que el niño rompió algo. Eso me impactó mucho porque cuando le dijo esas palabras, le dice que él es así y que eso hace parte de su identidad, cuando en realidad solo es un comportamiento. ¿Puedes notar cómo nos programamos y programamos a otros?
Si estás muy acostumbrado a esas palabras negativas porque toda la vida las has dicho, es importante que mientras que te entrenas a hablar conscientemente, tomes un momento del día para mirarte al espejo y decirte: “¡me amo infinitamente!”, “¡qué bonito o bonita soy!”, “¡soy la mujer o el hombre más inteligente!”, etc. Pero sobre todo, que tu comportamiento refleje eso: que sí te amas, que sí te quieres, que sí te ves bonito. Es lo más importante: el comportamiento que tienes hacia ti mismo y, justamente, el cómo te hablas es uno de esos comportamientos.
Entonces: ¿qué te vas a decir a ti mismo de ahora en adelante? ¿Qué palabras desde el amor te vas a decir cada mañana? ¿Cómo estando cada vez más consciente de tu lenguaje puedes construir la realidad que quieres? Déjame tus comentarios de este blog. Recuerda que el cambio es automático, pero la Evolución no, para evolucionar es necesario, conciencia, voluntad y muchísimo amor.
Si te gustó este contenido, te va a encantar la MasterClass gratuita que diseñé para ti, conoce más en el siguiente enlace:

Rocío Suárez
Top 5 Master Trainer de PNL
“Mi misión es enseñar a las personas a tener más conciencia. Para que así, cada individuo tenga dentro de su corazón la magia de transformar su propia vida, eligiendo pensamientos y emociones que conecten desde el amor con acciones inspiradoras, empoderadoras y congruentes con tu propósito de vida”